sábado, 24 de mayo de 2008

GERENTE CHUNGA CHUNGA

Me parece increíble la caradura que puede llegar a tener la gente… vamos, no me lo explico.

¿Es que sólo sabéis contar hasta 8? ¡En cuanto pasan esas horas no hay nadie que sea capaz de seguir en la oficina, oye, que parece que os desintegráis!

Pero que vamos, yo sé cómo zanjar el tema: cortando por lo sano. Hombre, te diré, para algo soy el gerente de personal. ¡Lo que no puede ser es que esté matándome a trabajar por tener ciertas comodidades en la vida y eso no se valore!

Esta gente de lo único que entiende es de domingos libres y de que no se les pasen ni 5 minutos de reloj de su horario. Y las cosas no son así…Que no les queda tiempo para estar con su familia o cuidar de sus hijos…

¡Así salen luego los hijos! He vivido apartado de mis padres porque ellos estaban dejándose la piel en el campo por la familia, por levantar a unos hijos que hoy sabemos lo que cuestan las cosas. Y ellos echaban no 8, sino el doble de horas cuando hacía falta para que nosotros tuviéramos ciertas comodidades!

Y más hoy en día…La vida está muy cara y, o te subes al tren o ahí te quedas…La familia, esa con la que vosotros os excusáis, no merece un horario, hombre. Trabajando por ellos es cómo les mostraréis lo que os importan…

Por ejemplo, el otro día, una chica me preguntó que si íbamos a trabajar el día del Corpus… ¿Tú eres creyente?- le contesté yo. “No” me dijo ella. Entonces le dije que ¡para qué quería el día libre, si no era para ir a la procesión! Quería llevar a su hija a la feria, a que se subiera en los caballos. ¡Y con qué vas a pagar el paseo!

Poquitos de mis empleados saben lo que conlleva tener un trabajo. Y los que no lo saben… pues ya me encargo yo de enseñárselo. Que yo lo tengo muy claro, vamos, que tengo una montaña de currículums en mi despacho y me gusta mucho “cambiar de aires”, así que… no os columpiéis mucho porque tengo un dedo que detecta a vagos y, por defecto, ¡oye, que señala la puerta!

Este es el espíritu con el que pisaremos la competencia; nosotros daremos más que nadie. Y el día de mañana me reconoceréis mi actitud, que os servirá para enfrentar la vida y criar vuestros hijos.

¡Si es que encima tenéis que agradecerme tantas cosas!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola compañeros! he modificado un poco el monólogo según las indicaciones y más arriba he colgado otro que he hecho más suavecico pero con la misma idea. A ver que os parece. Lo del dedo no lo quito, jaja. Comentarios, comentarios..

Un besoote.

Marybela